Después de entrevistar a May Serrano he vuelto a ver La boda de Rosa de Icíar Bollain para recordar lo bonito que es quererse a una misma y darse cuenta de que hay que priorizarse más.
La Boda de Rosa es una de las películas que más me ha gustado en los últimos tiempos porque refleja muy bien algo que sucede a partir de los 40 y es que de pronto eres consciente de lo mucho que has perdido por no priorizarte, de hecho en una primera fase hasta te enfadas contigo misma. Te sientes furiosa por quererte tan poco. Esto que aunque nos lo decimos con bastante asiduidad, no sabemos por qué, lo repetimos una y otra vez, como si fuese imposible huir de la manera en que nos han programado para servir a los demás.
La película de Icíar Bollain tiene a una espectacular Candela Peña como protagonista de una preciosa historia en la que Rosa, harta de que todo el mundo le pida favores sin prestarle un ápice de atención, decide irse a lugar donde creció para abrir la antigua tienda de su madre. Al poco de llegar y abrir el local al que el tiempo le ha puesto mucho polvo piensa que tiene que hacer algo por sí misma y decide casarse, pero casarse con ella misma.
Durante la entrevista que hicimos a May Serrano, activista y escritora, descubrimos que la película está basada en una historia suya y nos enamoramos de esta idea de casarse con una misma como acto de compromiso a futuro para no seguir cayendo una y otra vez en el error de olvidarnos de nosotras. Muchas mujeres experimentamos a partir de los 40 que hemos perdido el tiempo y nos hemos respetado muy poco. Los rituales tienen una parte de sanación y una boda con una misma es un compromiso ante nosotras y ante el resto para dejarnos claro que nos vamos a querer y a respetar, algo necesario para las mujeres por como nos han educado en el servir y dar, en el cuidar y no demandar.
"Una película sencilla que nos recuerda que cuando nadie se acuerda de nosotras, debemos ser nosotras las que lo hagamos".
Merecemos ser cuidadas por nosotras mismas y por el resto, merecemos respeto y merecemos priorizarnos y dedicarnos tiempo. Esto que parece una obviedad y que a lo largo de la vida nos lo hemos repetido, al llegar la menopausia se convierte en una urgencia, en una llamada de socorro, en un: ¡mierda! he vuelto a hacerlo, he vuelto a no pensar en mí. La Boda de Rosa es un canto a eso, una película sencilla que nos recuerda que cuando nadie se acuerda de nosotras, debemos ser nosotras las que lo hagamos. No podemos dejar que la vida nos pase por encima mientras los demás van haciendo planes. Todas las mujeres de nuestra generación y más mayores necesitamos autocuidado.
Hay momentos en los que pensamos en empezar de cero, tener una nueva vida, un cambio total porque en ocasiones nos pasamos media vida olvidándonos de nosotras mismas, como la propia Candela explica, Rosa intenta con una ceremonia lo que otras tratan con años de terapia.Una familia que se quiere pero que no se escucha y sobre todo no escucha a Rosa a la que dan vida Sergi López, Ramón Barea, Nathalie Poza, en un precioso paraíso mediterráneo, una buena medicina para aceptar a nuestras familias imperfectas a nuestros yos.