Poesía muñecas y cabaret son parte del enorme universo en el que Ana Elena Pena se mueve mejor. Artista plástica, cantante y escritora lleva más de 20 años haciendo arte transgresor desde lo más dentro. Conocida por sus libros de poemas, por sus espectáculos de cabaret y sus muñecas Barbies customizadas de hace años, se ha convertido en una de las reinas con nombre propio del underground valenciano.
La poetisa con sangre en las rodillas
Nacida en Murcia y valenciana de adopción, Ana Elena es una artista gráfica, diseñadora y "antivedette" muy conocida en la noche valenciana, una diva que lleva 20 años paseando su transgresión por los escenarios de espacios pequeños y cercanos porque a ella le encanta sentarse en las rodillas de los señores o de las señoras y jugar con la provocación, el humor y el folclore.
Sus espectáculos son cabareteros, sicalipsis en estado puro, juega con el público cual cupletista de principios del siglo XX. En su puesta en escena mezcla su estética de corsé y rulos, sus canciones de folclóricas y el desparpajo del cabaret. En sus variaciones escénicas tanto el Cabaret Histérico como el Cabaret Quinqui son muestra del universo creativo de esta mujer que le da a tantos palos artísticos que en estos más de veinte años de trayectoria ha editado numerosos libros de poemas, tiene una marca de bisutería y los fines de semana visita garitos y salas para llevar sus directos.
TAC y conductas autolesivas
Ana Elena, no es mujer de callarse, entra a todos los trapos y en su juventud le afectó su trastorno alimentario. Vivió una temporada de ansiedad para controlar la compulsión con la comida y el alcohol y ahora, desde la naturalidad de haberlo superado habla de ello siendo ejemplo viviente de que se pueden controlar estas situaciones si te centras en aquello que te provoca esa compulsión. La tristeza, la soledad o no encajar en un marco familiar pueden derivar en trastornos alimentarios. Vivió aquellos momentos de descontrol con la comida consciente de que eran una respuesta a miedos y traumas que la llevarían a coquetear con la autolesión, algo bastante habitual en casos de trastornos alimentarios. Cuando decide ir a la raíz de su problema emocional para resolver lo que estaba ocurriendo y de esa forma encontrar un equilibrio es cuando consigue superarlo.
Hace tiempo que dejó atrás cosas de las que a veces dice arrepentirse, como las marcas de sus brazos que por un lado le recuerdan quién es y qué ha aprendido, como una ruta definida de la persona que se ha ido construyendo con el paso del tiempo. Por otro lado admite que desearía poder borrarse algunas marcas que son el recuerdo de aquellos momentos..
Maternidad deseada
A Ana Elena Pena la maternidad le cambia la vida desde el principio porque su deseo de ser madre sólo fue posible tras un proceso durísimo de más de tres años para conseguir su ansiado embarazo. Se habla poco de la soledad que sufren las mujeres que desean ser madres durante los procesos de fertilidad, como afecta a la convivencia de las parejas, lo complicado que es para nosotras asumir ese proceso, los momentos en que te culpas por no haberlo hecho antes..
Un proceso de reproducción asistida alrededor de los 40 se suele alargar llegando a pasar de los tres años. En el caso de Ana Elena como nos cuenta pasó de tres años con varias inseminaciones y varios intentos de fecundación in vitro hasta llegar a la ovodonación. Este proceso toca todos los pilares de la persona y de la pareja, por no hablar de la parte económica que alcanza en ocasiones entre 20000 a 30000 €. De todo lo que implica este la reproducción asistida es la soledad, las mujeres se sienten muy solas, en ocasiones incomprendidas y socialmente deben vivir la situación en silencio ya que pasan una y otra vez por procesos de duelo cada vez que una transferencia es fallida. Son muchas las parejas que se rompen durante el proceso o incluso después.
En nuestro podcast hemos hablado de cómo ha transitado por todo esto con sentido del humor y en el fondo una actitud positiva porque Ana Elena es una mujer optimista que nos ha compartido todo lo bonito de su maternidad, pero también el lado cruel de esa maternidad tardía de la que tanto hablamos en el podcast y que es una tónica general en mujeres de la generación X y primeras millenialls que hemos dejado la maternidad hasta el último momento.
